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El sueño suave invasión,.
Y a la de dos contaré hasta diez.
Un poema embotellado
que en estéreo ha aterrizado
en mi inconsciente.
La vida es frustración,
así es como nos lo han enseñado.
Inviernos tibios, los bares de siempre,
cenizas de buenos momentos.
Te crujen los huesos,
tiemblas de frío,
te duele la vida,
tu luz ya no brilla.
Cada vez está más lejos,
tu reflejo en los espejos
y este invierno no perdona
Ya no hay estrellas que brillen,
a tu lado no pueden brillar.
La risa del viento
es un nido colgado
en la música oscura
del acantilado.
Y el sol que sigue sin aparecer,
se olvidó de esta parte de la Tierra.
No me hablas, ni me miras, no me escuchas,
no me dices que me vaya, ni tampoco que me quede.
Nada es mágico, todo es automático.
Cierra los ojos y no llores,
buenas noches, hasta mañana.
Empiezo mi retirada,
no hay nada que hacer, nada de nada,
escaparé en una de tus lágrimas.
Y no te puedes esconder,
tu alma es un trozo de papel ...
Si lo nuestro es engañarse a uno mismo
y uno mismo no es más que algo repetido...
Me ha dado la espalda hasta a mi espalda,
me he dado cuenta que sólo contar no cuenta.