
Nunca aprenderé a encajar una decepción,
sobre todo cuando viene de gente a quien coges cariño
e ilusa de ti esperas algo parecido.
Siempre me pilla de sorpresa, y veo toda mi ilusión pisoteada en cuestión de segundos.
Hoy me sentí realmente triste en clase.
No sé qué esperaba, sólo sé cual fue el resultado:
Un bajón enorme.
Exagerado o simplemente sentimental, uno de mis peores momentos en este instituto.
Recuperada o no, supongo que tendré que asimilar las disculpas.